Érase una vez un hombre sabio que iba caminando, cuando oyó llorar a la luna.
– Por qué lloras, luna?
– He perdido todas mis estrellas y estoy triste.
El hombre sabio se quedó pensativo y poco después dijo:
– ¡Luna, si me das tres de tus lágrimas, te devolveré las estrellas al cielo!
La luna, desesperada como estaba, aceptó. Y le dio tres de sus lágrimas a aquel hombre sabio. Este recogió las lagrimas en un pequeño frasco y se puso a caminar.
Y caminó, y caminó y siguió caminando…
hasta que llegó a un bosque donde vivía una bruja.
– ¡Bruja del bosque, bruja del bosque! – gritó el hombre sabio, y en unos segundos, antes él apareció la bruja.
Valores implícitos
Este cuento pretende mostrar a nuestros pequeños la importancia de tener compasión hacia los demás. Ser bondadoso frente a alguien que siente tristeza, pues a través de una colaboración amable entre compañeros y de forma altruista, se conseguirá dar el apoyo necesario para devolverle la felicidad.